logob.jpg (4212 bytes) La mentira de los Hi-End            muj11.jpg (1995 bytes)

-¿Prefiere Ecualizar o tratar acústicamente su sala-

José Mujica

No usan ecualizadores ni reverberadores, y segundo no tratan acústicamente sus salas de escucha.

Dejan atrás el uso del analizador de espectro, para dar paso a la medición de estímulo y respuesta.

 

   En los años sesenta se acuñó una frase que describía a un buen equipo de sonido para la casa. La frase Alta Fidelidad, "High Fidelity", nos decía automáticamente que el equipo que la portaba, gozaba de una distinción especial, otorgada por el Instituto de Alta Fidelidad, Institute Of High Fidelity".

  hiend2.bmp (80706 bytes) Claro está, que para que un equipo pudiera poseer el estandarte debía cumplir una serie de pruebas y requisitos que se resumen en lo siguiente:

a.-La restitución del mensaje sonoro, con una distorsión global inapreciable; b.-Capacidad de la reproducción dinámica de los medios actuales, (Discos análogos, cintas, etc.), con una ausencia de ruidos, soplos y zumbidos; c.-Banda efectiva de frecuencia reproducida desde los 20Hz hasta los 20000Hz.

   En la actualidad el acronismo Hi-Fi se emplea con menos frecuencia que en los tiempos de oro del stereo. Ha surgido, por así decirlo un derivado con sus respectivos seguidores, el término Hi-End. Los sistemas de Hi-End, siguen siendo para uso residencial, con la diferencia estar dirigidos a un selecto grupo de usuarios. Audiófilos puristas, normalmente elitescos son los usuarios de los sistemas Hi-End.

   Amantes del Audio capaces de pagar cualquier cantidad de dinero para obtener una diferencia casi imperceptible para el oído, podemos citar como ejemplo Unidades de Disco Compacto de $.800; o Altavoces para bibliotecas, "Bookshelf", de $.2800 el par y hasta una aguja de tocadiscos de pasta de $.3000.

   Este segmento del mercado resulta interesante para un investigador del Audio Analítico. Los amantes de los Hi-End, no permiten impurezas en el sistema. Odian todo vestigio de proceso de la señal de Audio, Las palabras Ecualizador, Compresor, Limitador y Reverberador les resultan ofensivas. He llegado a oírles hasta rechazar el concepto del antiguo Loudness, ahora llamado "presencia".

   Los controles de tono de sus amplificadores integrados, en los raros casos donde existen, alteran la señal en apenas +/-5dB. Todo esto está muy bien, al fin y al cabo si alguien gusta la perfección y dispone de capital para buscarla infinitamente, está en su derecho.

   Sobre lo que quiero llamar la atención es sobre un hecho que vengo observando en estos seguidores de HI-END. Primero no usan ecualizadores ni reverberadores, y segundo no tratan acústicamente sus salas de escucha. Los que estudiamos el Audio sabemos que en una sala de escucha, o se corrigen las fallas acústicas de la misma con un conjunto ecualizador/reverberador, o se la trata acústicamente, para lograr un tiempo de reverberación adecuado y aun así emplear un analizador de espectro con ruido rosa para determinar la necesidad o no de ecualizar.

   La situación empeora si   nos vamos a las técnicas modernas de análisis acústico, que dejan atrás el uso del analizador de espectro, para dar paso a la medición de estímulo y respuesta, por lo que podemos concluir que alguien en esta historia está mintiendo.

De las salas residenciales de escucha que he visitado en los últimos diez años, calculo que un 50% eran brillantes, un 45% eran salas "muertas" y apenas un 5% tenían una acústica adecuada.

   En conclusión, estamos ante la presencia de un interesante mercado de servicio, para la gente que se dedica al tratamiento acústico. Desde hace tiempo vengo acariciando esta idea.

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