José Mujica

     La verdad es que la mayoría de los cálculos para instalaciones sencillas los hago con nuestro software Audio Utilities. No es un software de alta precisión -($.39,99)- pero para ese tipo de aplicaciones tiene suficiente seriedad. Los trabajos en Cad con simuladores como el Catt, los hago por encargos, por cierto encargos muy bien remunerados. También calculo a mano -¿Recuerdan mi libro de cálculo y computación aplicado al audio?-muchos saben que dibujo para mis libros en Bitmaps porque me gusta tener el control. Pero allí reside el problema, después de tantos años disfrutando del poder de AutoCad, no logro perdonarles su torpe interfaz.

     Siempre armonizo con los conferencistas extranjeros del audio, pero recuerdo que en dos ocasiones me he enfrentado con algunos... Una vez vinieron a Venezuela unos ingleses de Solid State Logic. Después que terminaron su presentación, les hice una ingenua pregunta sobre su interfaz gráfica. Les pregunté si SSL pensaba migrar a una UGI como Windows, más agradable a la vista. El inglés se molestó un poco y me quiso decir que eso era poco serio, que los charros mexicanos eran muy machos y no usaban esas niñerías. Poco más o menos eso fue lo que entendí de su excelente inglés.¹

     Después me pasó con un representante de Protools, también inocentemente (el inocentemente va sin ningún tipo de acentos ni comillas) le pregunté que si Digidesign no pensaba sacar al mercado, ¡algún día! , una versión para plataformas PC de IBM. Ah no, éste si me hizo pensar que yo era un imprudente. Me dijo que Mac era como Rolls Royce, tenía un mercado pequeño pero eterno y casi me jura que sobre su cadaver era que Digidesing daría ese deshonrroso paso hacia Windows. La audiencia volteó a mirarme con desprecio ante mi ocurrencia.²

     A veces le pido a dios que nunca se me ocurra asistir a un seminario de computadoras COMPAQ, porque seguramente de allí si me sacarían a empujones.

¿Qué tengo yo contra AutoCad?

     Debo empezar por decir que admiro esta poderosísima herramienta para el diseño. Sus capacidades son increíbles, me recuerdan la historia del decibel, que ha terminado usándose hasta en medicina. Sin embargo, invirtiendo y por lo tanto abusando de la crítica del escritor venezolano Francisco Herrera Luque, sobre un tristemente famoso escritor de la colonia, quiero decir que Autocad tiene un torpe inicio y un espléndido desarrollo.

     A mi no me gusta Don Francisco y como soy seguidor de la matafísica de Aristóteles, una vez me pregunté por qué un animador de televisión tan extremadamente malo, llegó a ser tan famoso.   La explicación que me tranquilizó fue simple: fue el primer animador suramericano en internacionalizarse. No voy a decir esto de AutoCad, pero aplica en lo que se refiere a su monopolio del área de diseño en ingeniería.

     Los ejecutivos de Autodesk deberían saber que esta opinión ya es generalizada, obviamente no han leído La Quinta Disciplina de Peter Senge, si no, habrían implementado los cambios. No dudo que se preocupen en mejorar su próxima versión de AutoCad, pero no hay excusa para no tener resultados a éstas alturas.

     Lo razonado solo es comparable a la obstinación de IBM por mantener su terrible mouse, track point, en las portátiles Thinkpad. También le ocurrió a Tascam. Parece que la frase: "Somos los mejores y los únicos y así nos tienen que aceptar" funciona solo unos cuantos años.

     Cuando comencé a programar en Basic de HP, en el año 87, hice un software para dibujar en mi tremendo monitor con líneas de color verde. Utilicé el software en mi empresa durante algún tiempo, pero lo abandoné al no poder borrar un montón de crucesitas que quedaban regadas por toda la pantalla. ¿Como es posible que 15 años después el software más poderoso del mundo no haya logrado eliminarlas tampoco? Algunos me dirán que les de tiempo, que Windows es muy limitado, pero yo no respeto esas excusas, si no cambian...

      En la revista Alcatel Telecomunicaciones del tercer trimestre del 2001, se pude leer al final del editorial "La práctica de investigar" de G.H. Heilmeier lo siguiente: Se cambiará una parte de las prestaciones del diseño por la capacidad de gestionar mejor la complejidad.